Ser tú primero no es egoísmo; es una decisión consciente de conservar quién eres y de permitir que los demás te conozcan tal como eres.
En un mundo donde la presión social empuja a encajar, a veces sentimos que la felicidad depende de tener la pareja «ideal», de que los hijos sigan el camino esperado o de que las amistades nos aprobaran en cada paso. Pero la verdadera transformación empieza cuando abrazamos aquello que nos hace únicos y aprendemos a vivir desde el ser.
Historias que suenan familiares
Todos hemos escuchado la historia: la familia espera que el hijo estudie cierta carrera, la pareja intenta «reconstruirse» para agradar al otro, o una amistad exige presencia constante para sentirse valorada.
Esto no es más que un fenómeno humano: buscamos aprobación externa para confirmar que existimos. Sin embargo, esa búsqueda constante de aprobación puede hacerse pesada y, a la larga, desgastante. ¿Qué pasaría si, en lugar de intentar ser la versión que otros esperan, nos permitimos ser la versión que nos ordena nuestro propio ser?
El primer paso es preguntarse: ¿cómo me siento conmigo mismo? ¿Estoy donde quiero estar? ¿Hago lo que realmente me apasiona? Estas preguntas no son solo ejercicios de autoayuda; son herramientas para coaches, conferencistas y todos aquellos que buscan liderar desde la autenticidad. Al responder con honestidad, creamos una base sólida para relaciones más sanas y para una presencia profesional más poderosa.
El poder de estar solo con nosotros
En mi camino hacia una vida más consciente, descubrí algo simple y poderoso: la felicidad no es un destino, sino un modo de estar. Estar «en relación» contigo mismo significa dedicar tiempo para conocerte, aceptarte y nutrirte.
Esa decisión cambia la dinámica con los demás. Las personas que entran en nuestra vida lo hacen para acompañarnos, no para completar nuestra historia.
La autenticidad no resta valor a las relaciones; la impregna de claridad. Cuando tú ya te sientes completo, las interacciones dejan de ser un juego de compensaciones y se convierten en encuentros genuinos.
Esto no solo mejora la calidad de tus vínculos, sino que también potencia tu labor como profesional: conectas desde la experiencia, no desde la obligación.
Antes de continuar, te invito a responder estas preguntas:
- ¿Cómo te sientes contigo cuando no hay nadie mirándote?
- ¿Estás haciendo lo que realmente te gusta, o cumpliendo expectativas ajenas?
- ¿Dedicas tiempo de calidad para ti mismo?
- ¿Tienes proyectos en los que eres el protagonista?
- Si alguien entra en tu vida mañana, ¿qué aporta esa relación a tu crecimiento?
Estas preguntas invitan a la reflexión y pueden convertirse en ejercicios prácticos para tus clientes o audiencia.
Como profesionales coaching, he aprendido que puedes acompañar a otros a diseñar su propio mapa de autocuidado y autenticidad, gracias a que esta carrera te dota con herramientas que integran en el plan individual, un conjunto de metas profesionales y bienestar personal.

Conectar con la audiencia desde la experiencia
La gente no quiere solo teoría; quiere ver ejemplos de transformación.
Tú, como coach o conferencista profesional, estás en el deber de narrar tu propio viaje hacia la autenticidad: momentos de duda, decisiones difíciles, y las pequeñas victorias diarias que confirman que vale la pena priorizarse. Compartir estos momentos genera empatía y confianza, elementos clave para conectar y guiar a otros a emprender su propio camino.
Estrategias prácticas para implementar este enfoque
- Establece límites saludables: aprende a decir «no» cuando una demanda te desborda. Esto protege tu energía y te permite mantener tu propósito.
- Dedica un ritual diario de conexión contigo mismo: meditación corta, escritura reflexiva o caminata consciente. Este hábito fortalece la claridad mental.
- Diseña tu agenda alrededor de tus prioridades: identifica tus 3 pilares (profesional, personal, aprendizaje) y programa acciones concretas para cada uno.
- Practica la autenticidad en tus mensajes: en tus redes, en tus cursos y en tus presentaciones, habla desde la experiencia real y evita mostrar una versión idealizada.
Ahora es tu turno ¿de qué manera conectas contigo y con los demás? ¿Desde la autenticidad o desde la complacencia y la búsqueda de aprobación?
– Gladys Virginia, coach